Feliz Navidad

Libro de Horas de René d’Anjou, Rey de Sicilia (1434-1480). Bibliothèque nationale de France. Département des Manuscrits. Latin 1156 A

Había escrito en mi anterior entrada que reanudaría pronto las publicaciones pero las circunstancias laborales y de salud, mis ojos no están para trabajos extra, lo han ido demorando. Pero no quiero que pase este día sin felicitar la Navidad, sí eso la Navidad, no las fiestas, la caída de la bellota por el solsticio de invierno o cualquier otra memez. Esa celebración cristiana, que se intenta eludir de un tiempo a esta parte tantas veces, y que provoca ridículos vergonzantes como la felicitación de la Universidad Complutense.

Mirad ese pobre establo donde sólo al fondo vemos una chimenea, en la casa, donde se ha calentado el agua que vierte la mujer vestida de rosa, pero no es allí en el interior cálido donde están los personajes principales. Observad a ese San José anciano que contempla y medita. Mirad a la Virgen María de mayor tamaño porque junto con Jesus niño es la figura más santa e importante, que pese a su manto azul ultramar que simboliza la eternidad y su precioso velo blanco, se arremanga su elegante vestido dorado para comprobar la temperatura del agua de ese barreño o palangana, donde Jesús con su nimbo crucífero que simboliza la divinidad, es sin embargo un recién nacido que va tomar su primer baño.

Y ese segundo plano donde a la derecha tenemos los animales de trabajo en un cercado de mimbre que miran la escena, ut animalia viderent Dominum natum, pero fijaos a la derecha ese otro cercado a la derecha, más pequeño, donde probablemente haya otros animales, quizá unas cabras.

Alli hay un ángel. Ha bajado de los cielos, ha venido del empíreo, pero el lugar que puede ocupar es el que comparte con los animales en ese pobre cobertizo. Ese lugar que ocupa el pequeño ángel es también el nuestro.

Feliz Navidad, espero que, ya sea en compañía de los vuestros o en soledad, sea una noche de paz en estos tiempos de traición y mentira.

Edi beo thu hevene quene – Bendita seas, Reina de los Cielos
Anónimo inglés del siglo XIV

Siento no poder esta vez ofrecer una traducción de este precioso villancico.

FELIZ NAVIDAD 
HYVÄÄ JOULUA
FROHE WEIHNACHTEN
MERRY CHRISTMAS
FELIZ NATAL
BUON NATALE
JOYEUX NOËL
BON NADAL
عيد ميلاد مجيد

Solvitur ambulando

El Bosco, Triptico del Carro de heno cerrado. El caminante. 1512-1515. Museo del Prado

Este blog o web nunca ha tenido muchas publicaciones, comenzó como un divertimento cuando hace ya años estudiaba el grado de Historia del Arte en la UNED y volvía a la universidad veinte años después, pero desde 2017 está prácticamente detenido. Una entrada, dos al año como mucho, e incluso hubo algún año que no tuvo ninguna, sin embargo por aquí siguen pasando lectores e incluso hay alguna suscripción nueva, quizá esperando que la autora vuelva a publicar.

He comentado alguna vez, y está enlazado, que llevo otra web de tipo profesional, Historia del Arte para estudiantes de 2º de Bachillerato, que me lleva bastante del tiempo que tengo para estas cosas de internet. Además los años desde 2019 han sido complicados. Primero realicé cambios importantes en mi vida, y luego vinieron otros que nos afectaron a todos y que creo que nadie quiso encontrarse con una mezcla de la peste negra y el tercer reich en su horizonte vital. Nada ha vuelto a ser igual.

En la Navidad del año pasado publiqué una entrada de iconografía unos días después de haberme fijado en la pintura en el Museo del Prado, es una cita a la que suelo acudir, quizá la única publicación del año. Los días de navidad y año nuevo pueden ser complicados, y el curso pasado también lo era pues fue uno de mis cursos de intercambio internacional, lo digo porque no respondí a los comentarios que hubo en esa entrada navideña. La idea era seguir, pasó enero y el 3 de febrero ocurrió el desastre: se desprendió la retina de mi ojo derecho, hubo unos días terribles de angustia para organizarme, fui operada de urgencia y retirada del trabajo más allá del final de las clases. Durante ese tiempo, ese limbo que trajo el posoperatorio y la baja me planteé muchas veces tanto borrar definitivamente este bosque como ponerlo de nuevo en marcha, hoy al fin me he decidido por esto último.

Las publicaciones seguirán siendo erráticas, no puedo comprometerme a algo constante, el tiempo del trabajo y mi situación ocular, que es delicada y no han acabado las cirugías, no me lo permiten. Hay muchos borradores en el escritorio y alguno me gustaría desarrollarlo, y por otro lado también tratar otros temas, que suelen pasar desapercibidos y me hacen preguntarme en que mundo absurdo vivimos. 

Pues comencemos a caminar de nuevo.

Franz Schubert – Quinteto de cuerdas en Do mayor, D. 956 – II. Adagio

 

 

 

Todas las criaturas…

Ayer, saliendo de la galería central de la planta baja del Museo del Prado, a la derecha de la puerta, ahí está colgada. Me paré unos minutos en mi trayecto hacia las salas medievales donde iba a tomar unas notas.

Federico Barocci, La Natividad, 1597. Óleo sobre lienzo, 134 x 105 cm. Museo del Prado

Finales del siglo XVI, aparentemente sencilla, un pobre establo o granero con luz sobrenatural, el Niño envuelto en el manto azul de María, el color de la eternidad y de la divinidad. Y los animales, en primer término, cercanos. No los nobles animales heráldicos, no los que son símbolo de imperios, sino los humildes trabajadores desde hace ocho mil de años, o quizá más, los que un día fueron salvajes y los fuimos convirtiendo en otros. Los que tiraron del carro y fueron uncidos al arado, los que movieron norias y ruedas de molino, los que junto a caballos, ovejas, cabras, cerdos, gallinas y patos, perros y gatos, permitieron la civilización. Esos animales, compañeros de trabajo, de los que dependió la vida humana durante siglos, y el día 17 de enero eran bendecidos. Esos animales, que en lo que fue el núcleo de nuestra civilización, la religión cristiana, fueron admitidos en la Natividad. Esos animales, a los que en este presente distópico se les ha declarado la guerra.

XIV 1. El tercer día después del nacimiento del Señor, María salió de la gruta, y entró en un establo, y deposité al niño en el pesebre, y el buey y el asno lo adoraron. Entonces se cumplió lo que había anunciado el profeta Isaías: El buey ha conocido a su dueño y el asno el pesebre de su señor.

2. Y estos mismos animales, que tenían al niño entre ellos, lo adoraban sin cesar. Entonces se cumplió lo que se dijo por boca del profeta Habacuc: Te manifestarás entre dos animales

Pseudo Evangelio de Mateo

O magnum mysterium – Tomás Luis de Victoria

O magnum mysterium
et admirabile sacramentum,
ut animalia viderent Dominum natum
jacentem in praesepio.
O beata Virgo,
cujus viscera meruerunt
portare Dominum Jesum Christum.
Alleluia!

Feliz Navidad a todas las criaturas

Naturaleza viva

Ahora que el Museo del Prado ha abierto todas sus salas, incluyendo mis salas preferidas de la pintura flamenca y holandesa en la tercera planta junto al Tesoro del Delfín, he pensado hacer algunas visitas a las salas y a las obras que tienen menos visitantes, esa pintura de pequeño tamaño muchas veces, que no nos cuenta historias, que no tiene grandes personajes, que representa las cosas que nos acompañan en el día a día, las cosas que amamos, le cose piccole como decía Giorgio Vasari con un punto de desprecio.

Hace años, en los inicios del bosque, comenté como tuve que llegar al Rijksmuseum de Ámsterdam en el verano de 1999 para conocer la palabra más correcta para dar nombre a la pintura de las cosas: still leven, la vida quieta, la vida silenciosa, la vida en suspensión.

En España se le llama bodegones, pero es una denominación sólo hispana que es muy restrictiva, sólo seria correcta para aquellas pinturas relacionadas con la comida y la bebida, ya sea para representar alimentos u objetos relacionados con la comida, o ambas a la vez en el mismo cuadro. En la España de los siglos XVI y XVII el bodegón era la parte de la despensa, las casas que la tenían, más oscura y fresca, donde en aquellos tiempos sin refrigeración se guardaba la manteca, el queso fresco, todos aquellos alimentos más perecederos y susceptibles de estropearse pronto. También bodegón era la taberna donde se servían comidas, esas escenas de inicios del siglo XVII de gente grosera y vulgar que tanto molestaba que se pintaran a Vicente Carducho, y que desconcertaba a Francisco Pacheco, cuyo yerno y alumno, el dotadísimo joven Diego Velázquez, pintaba siendo infiel a su maestro. Y esas escenas de figón con sus vulgares clientes tenían gran éxito en la cosmopolita Sevilla imperial de principio del siglo XVII, y seguro que le dieron sus buenos ingresos al joven Velázquez.

Bodegones en España, una denominación incorrecta o incompleta, que abarca no sólo representaciones de comida, sino de otras cosas como puede ver quien navegue por la web del Museo del Prado. Lo que si he odiado y detestado siempre es esa denominación francesa del siglo XVIII, nature morte, naturaleza muerta, horrible donde la haya, creada por ilustrados que el rayo de Zeus fulmine. Quizá ahí, en esa denominación necrófila, si que se entendería, cuando en el concepto, en el género de la naturaleza muerta, del bodegón se incluyen las vanitas. Esa si que es una naturaleza bien muerta, al menos una parte de sus elementos. Pero de las vanitas, que son otras cosas, ya hablaré en otra ocasión.

Horrible denominación que muchos siguen, que hacen de la palabra «muerta» del sintagma toda una teoría de la pintura y no dicen y escriben más que una tontería detrás de otra. ¿Cómo pueden estar «muertas» estas sandías de, que vi reunidas con otras en la exposición de Luis Meléndez de 2004?

Sandías como las de mi infancia de pulpa densa y jugosa, con sus pepitas, que viéndolas me venían al recuerdo algunos días de aquellos lejanos veranos. Hace casi dos mil años un pintor desconocido pintó un cesto de higos en la que parece que fue la villa de verano de la emperatriz Popea en Oplontis, viéndolos nos traslada a como serían aquellos veranos en una domus de la costa napolitana antes de que el Vesubio enterrara toda aquella vida un 24 de agosto o quizá un 24 de octubre del año 79.

Cómo pueden ser muerte las uvas de Juan Fernández el Labrador, nuestro Zeuxis campesino, el misterioso pintor extremeño, de una materialidad palpitante que surge de la oscuridad. Cómo pueden ser muerte los dulces que aparecen en tantas pinturas españolas, flamencas y holandesas, las empanadas saladas o dulces con su relleno visible, iniciado por la cuchara o el cuchillo en las obras de Clara Peeters, las copas de vino blanco con la transparencia del vidrio en los cuadros de Willem Claesz Heda, los reflejos de la loza o de la porcelana. Y como pueden ser muerte las flores de Juan van der Hamen, de Juan de Arellano, de Tomás Hiepes, de Jan Brueghel, porque son las flores las que me llevarán de nuevo a esas salas del Museo del Prado.

Cada uno de esos alimentos, pan y dulces, pescados y carne, frutas, hace mucho que fueron consumidos, porque dudo que en una época de escasez para la mayoría de la población dejaran que se estropeasen y pudriesen. Esas flores, que sí, que pudieron ser modelo en el cuaderno de bocetos del pintor para luego ser reproducidas en otros cuadros, existieron en un momento, fueron frescas, hermosas y vivas, y hace siglos que se marchitaron. Como también hace siglos esas copas de cristal se rompieron, y la loza de la cocina se hizo añicos, y puede que alguno de platos o jarrones de porcelana, que en España llegaban gracias a la odisea del galeón de Manila, estén en algún museo de cerámica de nuestra geografía, o como reliquia de otros tiempos en algún palacio de la nobleza con colección abierta al público. Pero para la mayoría de ellos su única existencia actual es la que puso el artista como Clara Peeters o Juan van der Hamen en sus composiciones.

Sólo los ilustrados pueden hablar de muerte en unas obras en las que cada pincelada es una celebración de la vida. De la vida humilde de los objetos que nos acompañan, que a lo largo de los siglos los seres humanos han ido creando para hacer más fácil y agradable la vida, el cambio de la aspereza de una cerámica tosca a la suavidad y belleza de la porcelana. Cómo se pueden llamar muertas a la materialidad de esas uvas que se consumieron un día frescas o que se convirtieron en vino. Cómo llamar muertas a las flores que dieron hace siglos su belleza, sus colores y perfume ante el artista que las dibujaba o pintaba para dejar una constancia de esa belleza para siempre, en una época en la que el intercambio botánico abarcaba todos los continentes.

Vida quieta, vida en suspensión, vida en silencio, naturaleza y cultura en la misma obra, cada pincelada un triunfo sobre la muerte. Naturaleza viva.

Juan Hidalgo – Peynándose estava un olmo

Peynándose estaba un olmo
sus nuevas guedejas verdes,
y se las rizava el ayre
al espejo de una fuente.
Y viéndole alegre, se iba de risa,
cayendo una fuente de cristal,
murmurando entre dientes.

Por verle galán del prado,
las flores se desvanecen,
que vanidades infunden
aún la hermosura silvestre.

Y viéndole alegre…

Continuará, si la peste del siglo XXI me permite volver al Museo del Prado.

Con paso silencioso

Este bosque es uno de tantos lugares de la telaraña de internet que quedó un día completamente quieto. Hace casi tres años que no hay ninguna publicación, y si miro los datos el bosque languidece desde 2015. Me he preguntado muchas veces en este último año de más de doce meses si valía la pena desencantar el bosque y volverlo a la vida. Pero el bosque sigue teniendo caminantes, el día 27 nada menos que 342, y los artículos y pequeños ensayos tienen visitas y creo que se siguen leyendo. Pasan los meses y hay quien deja un «me gusta», un comentario, incluso quien se suscribe a pesar del silencio. Esos nuevos seguidores esperan que alguna vez se se publique de nuevo.

Hay varias razones por las que el bosque quedó en silencio, la principal fue que el tiempo que le dedicaba empezó faltar de forma angustiosa. Cambiaron mis condiciones laborales y me puse a desarrollar una web profesional de Historia del Arte que ha llevado, y lleva, mucho tiempo crear su contenido y sus materiales. Además, cuando se publicó la felicitación de Navidad de 2018 ya tenía en marcha un proyecto de cambio vital y profesional que se pudo llevar a cabo en 2019. En ese cambio estaba también volver  a publicar en el bosque los borradores que se iban acumulando. Todo parecía ir bien y en unos pocos meses todo cambió, llegó la peste, yo llamaré siempre así a la pesadilla distópica en que vivmos ahora, y todos mis proyectos, todos mis planes, como los de tantas personas, se vinieron abajo. 

Durante todos estos meses he pensado varias veces en retomar las publicaciones, porque a los borradores sobre historia, arte y literatura se han ido uniendo otros temas. Todo a la larga acaba relacionado, porque el universo de cada persona gira en torno a unos temas, unos intereses que se van entrelazando. Pero el tiempo me ha faltado cuando quería publicar, y otras lo que me sobraba es desánimo. Este mismo mes de octubre ha sido frenético, cada curso académico es peor que el anterior, y el derecho a la ignorancia ya ratificado por ley, no alivia el trabajo sino que lo aumenta hasta el absurdo.

Mi tiempo siempre será escaso durante el curso pero la única manera de reanudar las publicaciones es ponerse a escribir de nuevo, volver a tener un espacio para tratar temas que no interesan a casi nadie, poner música antigua, ver aspectos de las cosas que pasan desapercidibos o se estan perdiendo. En tiempo de vídeos de menos de un minuto escribir es un acto de resistencia ante una realidad absurda. Sólo por eso creo que vale la pena volver al bosque.

Arvo Pärt – Spiegel im Spiegel

Feliz Navidad

Casi veinte meses lleva detenido El bosque la larga espera. Se puede decir que ya no espera nada y que se va a quedar así para siempre. Sin embargo los lectores van pasando y aún se van añadiendo seguidores. He intentado varias veces publicar, pero ha sido imposible. Las entradas de este blog son bastante complejas, suelen llevar música y si esta es vocal va con su traducción. Comportan un trabajo que no siempre estoy en condiciones de hacer porque las circunstancias laborales cambiaron hace unos años, y no tengo ganas ya en horas nocturnas de escribir y traducir o buscar una traducción. Y cuando tengo un borrador en marcha y una fecha prevista de publicación, todo hay que dejarlo de nuevo porque otras cosas apremian y requieren mi atención. No, no está muerto el bosque, lo he intentado revivir varias veces y lo hago ahora porque creo que los lectores silenciosos que siguen deteniéndose en él, los que se lo encuentran pro primera vez y se suscriben merecen unas palabras al menos un día como hoy.

En los tres últimos años en que no ha habido prácticamente publicaciones, o no ha habido ninguna, he estado con otros proyectos. Tuve, por unas desgraciadas circunstancias laborales, que cerrar un blog profesional que llevaba tres años en marcha y he comenzado otro, El Jardín de las Hespérides, que se lleva buena parte del tiempo que dedico a internet. Y ahora aparecen nubes en el horizonte: la normativa de la Unión Europea y el famoso artículo 13 no sé como pueden afectar tanto al Bosque como al Jardín, pues ambos enlazan contenido audiovisual y sobre todo el Jardín está plagado de enlaces. Quizá tenga en menos de un mes que preventivamente cerrarlos al público y que quien quiera leerlos, y mis alumnos en el Jardín, tengan que entrar con contraseña. Pero eso en todo caso será dentro de unas pocas semanas, ahora aún podemos disfrutar de un villancico alemán de principios del siglo XVI donde se recrea la casa de los Arnofini en Brujas

Un Niño ha nacido en Belén

Ein Kind geboren zu Bethlehem

Feliz Navidad
Hyvää Joulua
Frohe Weihnachten
Merry Christmas
Feliz Natal
Buon Natale
Joyeux Noël
Kαλά Χριστούγεννα
Bon Nadal

El color del Renacimiento

Al circuito del viaje lo llaman «Países Cátaros». Los cátaros venden, al menos la gente que ha estudiado en el anterior sistema de enseñanza, puede tener una cierta idea (los que han estudiado en el sistema actual ya no tienen ninguna idea) de quienes fueron estos herejes del sur de Francia. Quizá no por la escuela, donde no se llegaba a este nivel de detalle, sino porque en ciertos momentos son, y han sido, un fenómeno editorial, como los templarios, muchas veces relacionados, unidos además a fantasías conspiranoicas que vienen desde la Edad Media o desde los orígenes del cristianismo en la imaginación de los autores. Un tipo de obras a las que califico de pornografía pseudohistórica, pero que son leídas o se hacen sobre ellas horrendos documentales que se emiten en los canales de televisión por cable.

El viaje se llama Países Cátaros, y hace ya años hice un viaje que tenía parecido título, pero la ruta era bastante diferente. Si en este viaje hubiera visitado ruinas de castillos pirenaicos como el anterior no lo hubiera hecho, por más que el paisaje del Pirineo francés sea muy hermoso. De aquel viaje sólo hay coincidencia en un lugar: Carcasona, esa ciudad fortificada que también es una fantasía a partir de las ruinas que quedaban de sus murallas en el siglo XIX.

Creo que en las explicaciones, a las que no hacía demasiado caso y de las que no podía escapar cuando estaba en el autobús, nunca oí «siglo XII». Todo parecía haber sucedido hace mucho tiempo en un país muy lejano… Carcassonne, Toulouse, Albi, fueron lugares donde en el siglo XII arraigó la herejía, o más bien la religión cátara, pues aunque el catarismo citase y utilizase la Biblia, era de hecho una religión diferente del cristianismo. Es una historia compleja que no cabe en las explicaciones simplistas de «buenos cátaros» y «malos católicos».

Pero los cátaros son un buen reclamo, y en efecto, visité ciudades que fueron cátaras o sus señores dieron apoyo a los cátaros. Pero muy pronto, aunque se continuó siempre en el sur, el itinerario empezó a desplazarse hacia el norte, fue dejando atrás las tierras del condado tolosano y entrando en la antigua Aquitania, en las tierras del Perigord. Dejó atrás el curso del Garona y empezó a seguir el curso del Dordoña. La tierra se fue volviendo aún más verde y aparecieron los nogales, castaños y abedules con las hojas verdes y tiernas, sin mácula, aún no desarrolladas del todo, robles y hayas aún estaban desnudos de hojas.

Las tierras del Perigord no eran «país cátaro», no fueron zonas de catarismo, aunque cátaros hubo un poco por todas partes, cruzando los Pirineos y los Alpes. Pero si hay algo que comparten estas tierras de las riberas del Dordogne, con las zonas pirenaicas del sur, fueron como todo el territorio al sur del Loira el «país de oc», Occitania, tierras de los trovadores. Pero los trovadores no venden, no son conocidos. Los trovadores han desaparecido con la asesinada asignatura de Literatura. Y por más que se haya intentado relacionar la poesía de los trovadores con la religión cátara, no se puede hacer ninguna relación clara. Compartían espacio en el sur, compartían sociedad, compartían tiempo, pero sus mundos eran completamente distintos.

Peire Vidal, trovador el sur, cita lugares donde encuentra protección de las damas que eran centros de catarismo. Y es muy probable, que pasada la juventud, algunas de esas damas amadas por los trovadores se convirtiesen en cátaras. Pero Bernat de Ventadorn, cuya canción, junto a otras de sus contemporáneos, he escuchado varias veces durante el viaje, mientras me aislaba con los auriculares, vivió y desarrolló su obra en las tierras del Perigord y el Lemosín de donde era originario. Trovadores y cátaros vivieron en la misma época, en algunos casos en los mismos lugares, y en la misma sociedad. Sin embargo, no he visto ninguna agencia que venda un viaje al «País de los trovadores».

En estos días posteriores al viaje y aún de vacaciones, estoy leyendo sobre el Renacimiento. Pero cuando hace unos días estaba en las tierras del Perigord, en las tierras del condado tolosano y del vizcondado de Narbona, pensaba que se olvidaban otros renacimientos. El último día del viaje, ante los muros de la catedral de Narbona, curiosa e interesante mezcla del gótico del norte y el mediterráneo, oí de pasada a una pareja española en la que la mujer decía: «pero esto, es Edad Media y la Edad Media es inferior ¿no?»

«La Edad Media es inferior». Es increíble la idea de la «inferioridad» y la «oscuridad» de la Edad Media arraigada desde hace quinientos años. Porque la idea de Edad Media la crearon los humanistas del Renacimiento. Cuando regresaba por feas autopistas en la Península Ibérica ya habiendo cruzado la frontera, pensaba en si la mujer de Narbona vería en la catedral gótica de la ciudad, muy descuidada en su iluminación y otros detalles, que era «inferior», si la inmensa basílica de Saint Sernin en Toulouse, si la vio, la iglesia románica más grande de Europa desde la destrucción capitalista-vandálica de la Abadía de Cluny, era otra obra «inferior». O la increíble catedral de Albi, catedral gótica de ladrillo, la única que tiene sus altísimas bóvedas de crucería pintadas al fresco, eso sí ya en el siglo XVI, en el Renacimiento, cuyos pintores no consideraron inferior trabajar en una catedral medieval.

El siglo XII fue la época de los cátaros que serían perseguidos y exterminados, y desaparecerían de la Historia en el siglo siguiente, la época en que se levantaron las grandes abadías románicas y se organizaron las peregrinaciones, gran movimiento de población que fue la vía para intercambiar ideas y técnicas de todo tipo, el siglo en que se inventó la arquitectura gótica, única y original, que no debía ya nada al mundo clásico, que con ocho siglos de adelanto inventaba la arquitectura moderna. Fue la época en que se esculpió la puerta de Miègeville, en la basílica de Saint Sernin, la primera gran obra de escultura desde el fin del Imperio Romano, y esculpió la solitaria y silenciosa portada de Saint Pierre de Carennac, que muestra el fin de los tiempos cuando el Juicio Final ya ha terminado. Y fue la época y el siglo en que vivieron y escribieron los trovadores. Los trovadores crearon el oficio de poeta, y en su poesía reflejaron lo individual, el valor del individuo, esa característica de la cultura occidental que tan mal sienta a algunos. Su siglo fue también un renacimiento, quizá mucho más renacimiento que el de los siglos XV y XVI, porque las gentes del siglo XII partían de una realidad más difícil y estaban creando un mundo nuevo. Su modelo no era clásico, porque ellos, trovadores, canteros románicos, maestros de obras góticos, fundadores de universidades, iniciadores de los primeros parlamentos que hubo en el mundo, hombres y mujeres, jamás supieron que eran «medievales», «oscuros», y que su brillante cultura era «inferior».

Es curioso que paseando por la ciudad antigua de Sarlat-la Canéda, la ciudad natal de Étienne de la Boétie, que es mucho más renacentista que medieval, y podría ser hermana de Ciudad Rodrigo, Plasencia e incluso Salamanca, la gente viera más la Edad Media que el Renacimiento que aparecía en tantas fachadas, en los grutescos que enmarcaban las ventanas, y aun en simples puertas con pilastras y frontones clásicos. El Renacimiento se confunde con la Edad Media y la Edad Media con el Renacimiento, en la tierra en que la hierba es fresca y la hoja y la flor brotaban de las ramas.

 

Bernart de Ventadorn (…1147 – 1170…)
Can l’erba fresch

Can l’erba fresch’ e.lh folha par / cuando aparece la hierba fresca y la hoja
E la flors boton’ el verjan , / y la flor brotan de la rama,
E.l rossinhols autet e clar / y el ruiseñor, alta y clara,
Leva sa votz e mou so chan, / levanta su voz y comienza a cantar,
Joi ai de lui, e joi ai de la flor / entonces, me alegro por él y por la flor,
E joi de me e de midons major! / y tengo alegría de mí y, aún más, de mi dama;
Daus totas partz sui de joi claus e sens, / por todas partes estoy rodeado de alegría,
Mas sel es jois que totz autres jois vens. / pero hay una alegría que vence a las demás.

Ai las com mor de cossirar / ¡Ay! ¡Cómo muero de pesadumbre!
Que manhtas vetz en cossir tan: / muchas veces estoy tan meditabundo
Lairo m’en poirian portar, / que me podrían llevar ladrones
Que re no sabria que.s fan. / sin que yo me enterara de lo que hacen.
Per Deu, Amors be.m trobas vensedor: / ¡Por Dios, Amor! Me hallas fácilmente vencible:
Ab paucs d’amics e ses autre senhor. / con pocos amigos y sin otro señor.
Car una vetz tan midons no destrens / ¿Por qué no dominas a mi dama
Abans qu’eu fos del dezirer estens / antes de que yo sea consumido por el deseo?

Meravilh me com posc durar / Me admira cómo puedo resistir
Que no.lh demostre mo talan. / sin mostrarle mi sentimiento.
Can eu vei midons ni l’esgar, / Cuando veo y miro a mi señora,
Li seu bel olh tan be l’estan: / sus bellos ojos le sientan tan bien
Per pauc me tenh car eu vas leis no cor. / que con dificultad resisto y no corro a ella.
Si feira eu, si no fos per paor, / Así lo haría, si no fuese por miedo,
C’anc no vi cors melhs talhatz ni depens / pues nunca vi cuerpo mejor labrado ni pintado
Ad ops d’amar sia tan greus ni lens. / y que sea tan duro y lento al amor.

Tan am midons e la tenh car, / Amo tanto a mi señora y la quiero tanto
E tan la dopt’ e la reblan / la temo tanto y la sirvo,
C’anc de me no.lh auzei parlar, / que nunca osé hablarle de mí
Ni re no.lh quer ni re no.lh man. / y no le pido ni le mando nada.
Pero elh sap mo mal e ma dolor, / Pero ella conoce mi mal y mi dolor
E can li plai, mi fai ben et onor, / y cuando le place  me hace bien y honra
E can li plai, eu m’en sofert ab mens, / y cuando le place, me conformo con menos,
Per so c’a leis no.n avenha blastens. / para que no reciba afrenta.

S’eu saubes la gen enchantar, / Si yo supiera encantar a la gente,
Mei enemic foran efan, / mis enemigos serían niños,
Que ja us no saubra triar / y ninguno pensaría
Ni dir re que.ns tornes a dan. / ni diría nada que nos pudiera dañar.
Adoncs sai eu que vira la gensor / Entonces sé que vería a la más gentil,
E sos bels olhs e sa frescha color, / sus bellos ojos y su fresco color
E baizera.lh la bocha en totz sens, / y le besaría la boca en todos los sentidos,
Si que d’un mes i paregra lo sens. / de forma que en un mes se notaría la señal.

Be la volgra sola trobar, / Bien quisiera encontrarla sola
Que dormis, o.n fezes semblan, / durmiendo o fingiendo que duerme,
Per qu’e.lh embles un doutz baizar, / para robarle un dulce beso,
Pus no valh tan qu’eu lo.lh deman. / pues no valgo tanto como para pedírselo.
Per Deu, domna, pauc esplecham d’amor! / ¡Por Dios, señora, poco aprovechamos el amor!
Vai s’en lo tems, e perdem lo melhor / se va el tiempo y perdemos lo mejor,
Parlar degram ab cubertz entresens, / deberíamos hablar con palabras encubiertas
E, pus no.ns val arditz,valgues nos gens / y, ya que no nos vale el atrevimiento, que nos valiera el ingenio.

Be deuri’om domna blasmar, / Se debería afrentar a la dama,
Can trop vai son amic tarzan, / que hace esperar demasiado a su amigo,
Que lonja paraula d’amar / pues larga conversación de amor
Es grans enois e par d’enjan, / enoja mucho y parece engaño
C’amar pot om e far semblan alhor, / porque se puede amar y fingirlo
E gen mentir lai on non a autor. / y mentir cuando no hay testigo.
Bona domna, ab sol c’amar mi dens, / buena señora, con que sólo os dignáseis amarme,
Ja per mentir eu no serai atens. / yo no sería alcanzado por la mentira.

Messatger, vai, e no m’en prezes mens, / Mensajero, ve y me menosprecies
S’eu del anar vas midons sui temens. / porque temo presentarme a mi señora.

Traducción procedente de Poesía de Trovadores, Trouvères y Minnesinger, Alianza 1981

El disco que estuve escuchando varias veces durante el viaje y donde está esta canción es Nuits Occitanes.

 

Kalendae Ianuariae MMXVII

De nuevo, casi sin darme cuenta muchas veces, ha vuelto a pasar otro año para este bosque. El bosque de la larga espera, como dije en la entrada de Navidad, está detenido en el tiempo. Durante 2016 sólo ha tenido tres escritos, porque no se puede llamar escrito al de inicio de año con las estadísticas.

Por diversas razones no puedo dedicarle el trabajo y el tiempo, que nunca fue mucho, que le dedicaba antes. Hace tres cursos, este es el cuarto, que las condiciones laborales cambiaron para el profesorado de secundaria en España. En mi caso el trabajo se dobló. También estaba y estoy dedicada a otros asuntos que absorben demasiado tiempo. Llevo otro blog, de tipo profesional, en el que hay entradas prácticamente todos los días de lunes a viernes durante el curso académico.  Este bosque era y es un lugar al que retirarme sin obligaciones, pero siempre que he querido escribir y publicar en estos dos últimos años aparecía algo que lo impedía.

Ahora el bosque tiene otro problema que se hará efectivo en marzo: todos los enlaces musicales que no son vídeos de Youtube dejarán de funcionar. Estoy trasladando los más de cien enlaces a otro alojamiento donde generar otro enlace y sustituirlo para el que dejará de funcionar. No sé si lograré renovar todos los enlaces antes de marzo. Con todas estas dificultades que se suman, ayer llegué a pensar en cerrarlo.

Pero ayer me encontré con un texto y una música. Ambos los conozco, es más, la música suena todos los días a las cinco de la tarde para recordarme que pese a que he tenido en la mañana una jornada laboral completa hay que ponerse a trabajar de nuevo, pero ayer noche la escuché en un concierto al que asistí. Es a la vez alegre y patética, puesto que se trata de una parodia. La situación en que se tocó en el concierto fue para desear que al menos las cosas no las empeoren los que tienen las riendas del mundo. Quizá algún día, si el bosque saliera del hechizo que lo detiene, podría poner en una entrada alguno de los cuartetos que tanto me gustan de este compositor.

El texto me lo encontré en la mañana, no en su libro sino en otro, en un contexto que se aproxima mucho al ánimo de este escrito. Fui consciente de cuanto tiempo hacía que no me había acercado a estos libros, cuyos cuatro tomos están muy altos, casi en el techo. Hay muchos libros así en mi biblioteca esperando su momento, muchos por primera vez. Nos se quejan nunca y en cualquier momento por tarde que sea, por más años que hayan pasado, están ahí. Estos escritos del bosque detenido quieren ser mi pequeña aportación a lo que dice el poema.

Jorge Luis Borges – Los justos

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien está página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Dimitri Shostakovich – Vals de la Suite para orquesta de variedades

 

Feliz año 2017

Jano

Feliz Navidad de parte del bosque encantado

Este bosque está tan detenido como un bosque encantado bajo el influjo de un hechizo, pero la ninfa que lo administra está ocupada en otros menesteres que ocupan su tiempo. Sin embargo, no está muerto. Bajo las hojas secas del otoño hay borradores esperando ver la luz alguna vez.

Me parecía grosero dejar pasar este día sin dar señales de vida, sabiendo que hay lectores y seguidores que se van añadiendo por más que no haya habido una publicación desde  hace siete meses, el silencio más largo desde que comencé allá por el otoño de 2010.

Un canto diferente, un idioma diferente para avivar la memoria o dar a conocer a los despistados de memoria selectiva, a los descendientes de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, anteriores a las europeas. En algún momento de los siglos VIII y IX dejaron de rezar y cantar en griego y lo hicieron en árabe. Pero la historia era la misma, sólo cambiaba el idioma, hasta hoy.

Villancico árabe

Por si hay alguna duda es muy parecido a lo que dice esta obra muy interpretada estas fechas.

Georg Friedrich Händel – El Mesias, 1741

Y en la olvidada y maltratada lengua internacional de Europa.

Puer natus nobis est – Introito del día de Navidad

Sólo he estado una vez viendo los restos de esas comunidades cristianas orientales. Son estas de Capadocia, donde dudo que pueda volver tal como está la situación hoy en aquellas tierras.

Iglesias rupestres del Valle de Göreme

Turquía: Iglesias rupestres del Valle de Göreme. Anunciación. Basílica de Santa Catalina

Feliz Navidad – عيد ميلاد مجيد