Este bosque es uno de tantos lugares de la telaraña de internet que quedó un día completamente quieto. Hace casi tres años que no hay ninguna publicación, y si miro los datos el bosque languidece desde 2015. Me he preguntado muchas veces en este último año de más de doce meses si valía la pena desencantar el bosque y volverlo a la vida. Pero el bosque sigue teniendo caminantes, el día 27 nada menos que 342, y los artículos y pequeños ensayos tienen visitas y creo que se siguen leyendo. Pasan los meses y hay quien deja un «me gusta», un comentario, incluso quien se suscribe a pesar del silencio. Esos nuevos seguidores esperan que alguna vez se se publique de nuevo.
Hay varias razones por las que el bosque quedó en silencio, la principal fue que el tiempo que le dedicaba empezó faltar de forma angustiosa. Cambiaron mis condiciones laborales y me puse a desarrollar una web profesional de Historia del Arte que ha llevado, y lleva, mucho tiempo crear su contenido y sus materiales. Además, cuando se publicó la felicitación de Navidad de 2018 ya tenía en marcha un proyecto de cambio vital y profesional que se pudo llevar a cabo en 2019. En ese cambio estaba también volver a publicar en el bosque los borradores que se iban acumulando. Todo parecía ir bien y en unos pocos meses todo cambió, llegó la peste, yo llamaré siempre así a la pesadilla distópica en que vivmos ahora, y todos mis proyectos, todos mis planes, como los de tantas personas, se vinieron abajo.
Durante todos estos meses he pensado varias veces en retomar las publicaciones, porque a los borradores sobre historia, arte y literatura se han ido uniendo otros temas. Todo a la larga acaba relacionado, porque el universo de cada persona gira en torno a unos temas, unos intereses que se van entrelazando. Pero el tiempo me ha faltado cuando quería publicar, y otras lo que me sobraba es desánimo. Este mismo mes de octubre ha sido frenético, cada curso académico es peor que el anterior, y el derecho a la ignorancia ya ratificado por ley, no alivia el trabajo sino que lo aumenta hasta el absurdo.
Mi tiempo siempre será escaso durante el curso pero la única manera de reanudar las publicaciones es ponerse a escribir de nuevo, volver a tener un espacio para tratar temas que no interesan a casi nadie, poner música antigua, ver aspectos de las cosas que pasan desapercidibos o se estan perdiendo. En tiempo de vídeos de menos de un minuto escribir es un acto de resistencia ante una realidad absurda. Sólo por eso creo que vale la pena volver al bosque.
Arvo Pärt – Spiegel im Spiegel