Idus Iuliae: Castor et Pollux, Honor et Virtus, Dies Equitum Romanorum
Los meses y los días son viajeros de la eternidad. el año que se va y el que viene también son viajeros…
… A mí mismo, desde hace mucho, como jirón de nube arrastrado por el viento, me turbaron pensamientos de vagabundeo…
…Todo lo que veía me invitaba al viaje…
…los espíritus del camino me hacían señas y no podía fijar mi mente ni ocuparme en nada…
…La idea de la luna en la isla de Matsushima llenaba todas mis horas.
Matsuo Basho, Sendas de Oku, 1689
La idea del sol poniente sobre el mar, cuando sobre el mar, al sol, solo lo puedo ver nacer, llena todas mis horas.
Creo que se aprende más viajando que leyendo, aunque lo mejor es levar siempre un libro mientras se viaja. Saludos
Ya tenía gans de pasarme por tu espacio y atreverme a dejarte un comentario. Hoy, me atrevo porque ese cuadro, esa invitación a la quietud contradictoriamente activa, me ha erizado el vello. La espalda de la hermana de Dalí también me ha encantado siempre. Por lo que tiene de reflexiva y el poder de estimular la imaginación que reporta ese dar la espalda. Te hace querer saber lo que la mujer contempla de verdad, en qué punto de belleza descansará su vista, qué efectos producirá en esa cara oculta. igual que aquí, pero tu otra mujer, además, camina. Camina hacia ese crepúsculo, hacia ese punto que su figura oculta. Misterio y belleza. Gracias por aportarme tanto desde tu propio blog y desde otros. La música, perfecto para ese caminar.
Aqui, al Sur del Sur…hay algun paraje donde se puede ver salir el sol , y ponerse tambien sobre el mar….
Si quieres verlo el lugar se llama Monte Hermoso, y es tal cual su sencillo nombre lo indica
Saludos cordiales,
Andrea Mariano
Ver al sol nacer o morir sobre el mar es un regalo, Hesperetusa.
Estés donde estés.
Precioso texto.
Preciosas Sendas y envolvente Schubert
Esta entrada se ha publicado mientras yo viajaba todo el día.
Gracias por vuestras palabras, que he visto en la noche, al llegar a la tierra donde se pone el sol.
Un crepúsculo en el mar… Te envidio.
Anochece tan tarde en estas tierras del noroeste por culpa del horario oficial, que aún no he podido verlo.
Eso sí el brillo del sol sobre el mar es único…, en un día tranquilo como hoy…, pero aún queda a que sea como el de Turner..
Lo del horario oficial aquí es difícil de comprender. España tiene un horario que no le corresponde por su situación geográfica: la mayor parte está en el mismo meridiano que el Reino Unido, el de Greenwich precisamente, y sin embargo tenemos la misma hora que Polonia.
¿Habrás podido ver por fin ese sol poniente?
Hoy he podido. La foto ya está subida.
La historia de la hora oficial te la cuento en otro momento porque es delirante.
Me repito: te envido.
Y ya estoy deseando escuchar esa historia 🙂
La idea del sol poniente sobre el mar, cuando sobre el mar, al sol, solo lo puedo ver nacer, llena todas mis horas.