Osa

Noviembre

Noviembre. Ciclo dei mesi. Maestro Wenceslao, c. 1400. Castello del Buonconsiglio, Trento.

Idus Novembres: Epulum Iovis, Feronia, Fortuna Primigenia, Pietas, Ludi Plebei

Sol en Sagitario en un cielo muy estropeado que ha perdido el azul, como el azul se pierde en estos diez últimos días de noviembre, acercándose el tiempo al último mes del año.  No hay trabajos agrícolas en las dos escenas que el Maestro Wenceslao ha elegido para ilustrar el que es quizá el mes más melancólico del año. El mes en que la luz declina día a día, en el que el frío avanza y los días son grises. La tierra duerme hasta la primavera. El trigo y el centeno con que se hará el pan ya se ha sembrado y dormirá bajo la nieve varios meses hasta que comience a germinar en marzo.  En abril se sembrará la cebada y la avena, los productos de huerta también se han cosechado. En otros ciclos, en libros de horas, en el mes de noviembre todavía se ve en los graneros las labores de trabajo con el trigo que se ha ido secando desde la siega de agosto. Pero el Maestro Wenceslao no ha querido ilustrar ninguna labor agrícola en estas tierras de montaña. Tampoco en esta escena hay ninguna mujer, ni dama, ni campesina. Noviembre y también diciembre, son las dos únicas escenas del ciclo sin presencia femenina.

Noviembre cerdos

Dos grandes escenas se reparten la superficie de la pintura. Ante nuestros ojos, en la parte baja, la ciudad blanca amurallada. Casas blancas, tejas de cerámica roja, iglesia con su campanario cuadrado, probablemente románico. La puerta de entrada con su puente, un hombre entrando por la puerta. Como siempre la desproporción de los tamaños, la ciudad que parece de juguete. Dirigiéndose también a la puerta de la muralla otros dos hombres envueltos en una capa corta. Dirigen una piara de cerdos, tres, quizá cuatro dado el deterioro de la pintura. No demasiado grandes, y de color pardo, más cercanos al jabalí que los cerdos actuales. No hay libro de horas con su ciclo anual, no hay catedral, iglesia, baptisterio o fuente que tenga un calendario del año con sus trabajos, donde no esté presente el cerdo.

En la Edad Media se hicieron preguntan que hoy nos seguimos haciendo, aunque la biología molecular ya las haya contestado. Una pregunta que inquietó a eruditos y a gente común fue cual es el animal que más se parece al hombre. En Europa, en épocas de las que tenemos testimonio escrito, sólo hay tres animales en los que realmente se ha pensado que mantienen con el ser humanos lazos de semejanza, proximidad y parentesco: el oso, el cerdo y el mono. Acudiendo siempre a los clásicos, a Aristóteles y a Plinio, para ellos el mono es el más próximo y también esa ha sido la respuesta de la biología con respecto a los simios antropoides. Pero para la Europa medieval el simio representa lo más feo, vil y diabólico. Los otros dos, cerdo y oso, están en la pintura del Maestro Wenceslao.

La relación de los europeos con el cerdo es de una curiosa ambigüedad: es un animal que se cría exclusivamente por su carne, pero que también provee de otros productos como piel. Proporciona buena parte de las proteínas animales que durante siglos pudieron comer las clases populares. Su cría no resultaba especialmente costosa, los bosques proveían de lo necesario para su alimentación y por las ciudades y aldeas campaban a sus anchas sueltos devorando desperdicios y causando más de un accidente. La matanza se producía en este mes de noviembre o en diciembre. Su carne se procesaba de diferentes maneras para conservarla. La cultura material europea le debe mucho al cerdo, uno de los grandes animales domesticados, junto a los bóvidos, el caballo y el asno, la oveja y la cabra. Y sin embargo, el cerdo no era un animal admirable en absoluto. Se lo consideraba criatura impura, sus atributos son la suciedad, sorditas, la gula, la pereza y la lujuria, todo unido. Pero la Europa cristiana, no se privó de su carne. Y no sólo de su carne. Durante siglos su cuerpo se utilizó en los estudios de medicina dado su parecido con el ser humano. En Salerno, en Montpellier, se diseccionaban cerdos para estudiar la anatomía humana, antes de que Andrea Vesalio viniera a desmentir ese pretendido parecido. Quizá las reticencias hacia el cerdo no tenían tanto que ver con sus costumbres consideradas sucias, el cerdo no suda y necesita refrescarse con el barro o con lo que tenga cerca, sino con ese inquietante parecido.

En el mes de diciembre, si el año ha sido bueno, con los graneros rebosantes, con la matanza realizada y elaborados los embutidos y la carne en las orzas de barro llegará la época de las comilonas navideñas, las que antes fueron saturnales romanas. Durante miles de años los humanos comieron cuando había comida, y pasaron épocas de ayuno y hambre cuando escaseaba. A esos cerdos que llevan los porquerizos pintados por el Maestro Wenceslao les quedan pocos días de vida y en los días de Navidad estarán en las mesas. Cuando llegue la primavera casi no quedarán provisiones cárnicas y la cosecha se habrá ido agotando, será entonces el tiempo de los ayunos cuaresmales y de las vigilias de Semana Santa.

Noviembre Caza del Oso

El otro animal, el oso, está en la escena alta. Caza del oso en la alta montaña. Las rocas de color rosa emergen del amplio escenario, recordando los Dolomitas de Brenta. Una batida, un amplio espacio. Una osa perseguida por una jauría de perros y precedida por dos oseznos, se da la vuelta hacia el peligro inminente que la acecha. Caballeros y hombres a pie. Dos órdenes sociales juntos para acabar con un pobre animal perseguido durante toda la Edad Media. Un cazador hace sonar el cuerno para advertir a los cazadores estratégicamente distribuidos para impedir el paso a la presa. A la derecha, un grupo de tres hombres sujetan con una correa a los perros preparados para ponerlos en libertad. Están armados con largas lanzas con una gran punta de hierro, cordadas y con un gancho atado a la cuerda como un arpón.  Catorce hombres armados de hierro, acompañados de perros de caza contra la osa y los dos oseznos que debieron nacer el invierno anterior en la osera que hibernaba. 

Si el cerdo es ejemplo de sordidez el oso es el enemigo. El oso fue la primera divinidad europea, el rey de los animales antes de que un animal foráneo como el león lo desplazara. La griega Ártemis y la celta Arduina, venerada en estas tierras del Trentino fueron sus diosas. Al oso le declaró la guerra la Iglesia porque tenazmente se mantenía en el imaginario popular como el animal regio que había sido. La Iglesia Católica tuvo que poner fiestas de santos ursinos, como San Martín el santo más popular de la edad media, cuyo nombre lleva también la raíz art, que significa oso, en la época de hibernación, noviembre, y en la época del despertar, febrero. Cuando el Maestro Wenceslao pinta el mes de noviembre, los osos han retrocedido en toda Europa hacia las aéreas de montaña. El rey de los animales de Europa es un animal despreciado en el Roman de Renart y un entretenimiento en las plazas de ciudades y aldeas.  La osa que persiguen estos catorce hombres y su jauría no acabará en ningún espectáculo de juglares, morirá atravesada por las lanzas defendiendo a sus crías. Las osas son, no sólo de las mejores madres del mundo animal, sino que tienen la capacidad y la fuerza de defenderse, pero no contra una batida de lanzas de hierro y arpones. Esa osa no regresará a su osera para hibernar con sus oseznos a los que despediría en la primavera siguiente. Quizá los oseznos sí sobrevivan y sean capturados vivos. Quizá puedan superar el dolor de la separación de su madre y acostumbrarse a los humanos que los entrenarán o los encerrarán en una colección de fieras de algún noble. Pero no volverán a la montaña ni a los bosques alpinos. La acción que pinta el maestro Wenceslao es la que ha tenido la consecuencia de que hoy haya casi desaparecido el oso pardo, ursus arctos, de casi toda Europa, y antes de que se extinga definitivamente, desesperadamente se traen osos de Eslovenia al Trentino, a la Cordillera Cantábrica, a los Pirineos. Osos que no pudieron ser descendientes de esta osa que mira hacia atrás, que se da cuenta del peligro y que defenderá hasta la muerte a sus oseznos.

Noviembre Osa y oseznos

Ghirardello da Firenze  (c. 1320-1325 – 1362 ó 1363)
Con levrieri e mastini, segugi e bracchi

Con levreri e mastini, segugi e brachi,
cacciando vo da ssera e da mattina
Sol per gigliare la bianca porcellina.
Perché sommo dilecto spero il giarno
Ch’i’ sinerò a caccia perso’l corno.

20 pensamientos en “Osa

  1. Hola,
    Siempre me ha llamado la atención la capacidad de los pintores para plasmar escenas efímeras sin poder basarse en una foto. Me explico: ¡Qué bien captado está el momento de la osa mirando atrás! ¿Cuántas veces habrá podido el artista contemplar una escena así? Definitivamente, había entonces más osos que ahora.
    De este artículo «se puede aprovechar hasta los andares». Me gusta especialmente tu reflexión, que para mí es nueva, de las épocas de copia de carne y las de escasez, coincidentes éstas con los ayunos de primavera.
    También he aprendido sobre los santos ursinos. mARTín, lo ignoraba, pero ahora ya no, y por eso estoy contento.
    Tampoco conocía esa ¿canzona? (un poco embarullada, todo hay que decirlo).
    Gracias de nuevo y un saludo.

    • Gracias Enrique.
      La canción es un madrigal pero estas obras del siglo XIV a veces son embarulladas por la mezcla de melodías y textos, aunque aquí sólo hay un texto. Es la interpretación del Ensemble Modo Antiquo. El disco es Ghirardello da Firenze: Madrigali, Cacce, Ballate, del sello Nouva Era.
      No solemos darnos cuenta en nuestro mundo de abundancia (de momento) que nos movemos al ritmo de otras épocas y que las religiones con sus preceptos lo que hicieron es adaptarse a los ritmos de la naturaleza y de los trabajos agrarios y las cosechas, de ahí la abundancia de la Navidad y los ayunos primaverales, y la prohibición del consumo de carne de la cuaresma.
      En noviembre San Martín se superpuso a las fiestas ursinas de la hibernación del oso, en febrero la Candelaria, San Blas y San Valentín cristianizaron el despertar del oso.
      Le dediqué al oso un artículo en los primeros tiempos de blog.

  2. Contemplando la pintura y leyendo tus palabras he viajado con la imaginación hasta el lago de Nemi (nemus aricinum) con su bosque dedicado a Diana: cazadora y protectora, muchas veces acompañada de los cuernos de un ciervo, trofeo del otro gran animal de los bosques. Y así veo al hombre: cazador y protector, siempre ambivalente en su extraña posición en el orden animal. El dominador y el que teme, el que alimenta y luego se alimenta, de rostro severo y guerrero como Diana con cuerpo de virgen, la que parece iracunda y hace votos a Amor. En este mes tus palabras y las imágenes suscitan en mí esta extraña mezcla de sentimientos. Gracias.

    • Gracias por tus palabras, tendré que acercarme al lago de Nemi.
      Ártemis-Diana es una diosa ambigua, además es una diosa antiquísima y cuyo culto duró mucho tiempo después de implantado el cristianismo, aunque no como diosa pagana sino con ciertas prácticas y rituales que fueron calificados de brujería.
      Es curioso que, aunque es una diosa a la que se la representa con el arco y las flechas, no caza animales, en sus representaciones antiguas. Siempre aclaro que no es sólo la diosa de la caza como se la califica en tantos sitios, sino la diosa protectora de la naturaleza salvaje, tanto de los animales como de los bosques, las fuentes y los manantiales. Protectora de las niñas y las jóvenes, virgen pero patrona de los partos también, y cruel con aquellos que la han visto por error, pobre Acteón, o las que se han saltado sus preceptos, Calisto y su hijo Arcas (rey de Arcadia, tierra de los osos) y ella, Calisto, convertida en la Osa Mayor.
      Ya ha aparecido en este ciclo la curiosa relación con los animales, a la vez aliados y compañeros de trabajo y sacrificados para obtener alimentos o perseguidos cruelmente, como la osa del mes de noviembre.

  3. Antes que en Salerno o en Montpellier, Galeno basó sus estudios anatómicos en la disección de cadáveres de cerdos y, sobre todo, monos. No me consta que diseccionara osos. 🙂 Pero, claro, era de lo que disponía el médico griego en Roma, donde la disección de cadáveres humanos estaba prohibida por ley. Su experiencia con humanos la adquirió, sobre todo, en los inicios de su ejercicio profesional, como médico de gladiadores, en su Pérgamo natal. Lógicamente, por parecidos que seamos, no somos iguales, y las observaciones de Galeno contenían importantes errores que nadie le discutió, y fue la máxima autoridad médica hasta que Vesalio, en el siglo XVI, y sirviendo a la Corona española, tuvo la oportunidad de fundar la moderna Anatomía, basada ya en el estudio de cadáveres humanos… Esto fue importante, especialmente para la Cirugía; aunque sobre todo desde el punto de vista teórico, porque por muchos conocimientos anatómicos que se tuvieran, no era fácil sobrevivir a la cirugía hasta los descubrimientos de la anestesia, la antisepsia y el control de la hemorragia, en el siglo XIX…
    ¿Se plantearía alguien, alguna vez, diseccionar un oso?
    Gracias Hesperetusa, por tus siempre interesantes y sorprendentes aportaciones.

  4. Recuerdo la matanza del cerdo, recuerdo cuando llegaba la navidad y venían del pueblo mis abuelos con cajas de cartón atadas con cuerdas repletas de maravillosos embutidos, las ciruelas pasas preparadas las noches de verano… Un placer leerte.

    • Yo nunca he visto la matanza del cerdo en directo, me alegro de ello. Sí de otros animales. Formamos parte de una cadena trófica, aunque en nuestro caso hagamos rituales y hayamos vivido hasta hace relativamente poco al ritmo del campo y las cosechas. Yo recuerdo los dulces de almendra de la cosecha del año, riquísimos en navidad. Noviembre parece un mes en que no ocurre nada, pero se prepara para despedir el año con abundancia, como ha sido durante siglos.

    • He nombrado Salerno o Montpellier, porque creo que eran las universidades medievales más avanzadas en Medicina, si hay alguna más agradecería el dato 🙂
      No sabía que la disección de cadáveres también estaba prohibida en la Antigua Roma, ni siquiera con esclavos, a los que no se consideraba personas, sino instrumentum vocale, herramienta que habla.
      Es curioso que Galeno si comenzó sus prácticas como médico de gladiadores, donde tuvo que ver heridas y muertes terribles, no continuara con sus investigaciones con humanos ¿Por qué pasó a diseccionar cerdos y monos? ¿Tuvo que ver con el desprecio a la actividad manual? y a fin de cuentas, la mayoría de los gladiadores eran esclavos.
      Con Galeno pasó como con Aristóteles y otros autores de la antigüedad, que la admiración que se les profesaba era tal que cuando las investigaciones y los datos de épocas posteriores, hasta bien entrado el Renacimiento no coincidían con los escritos, se obviaban o se pensaba que era la realidad la que estaba equivocada y no los autores antiguos. Tenía que haber médicos como Vesalio lo bastante atrevidos para robar cadáveres y restos humanos de los patíbulos, al menos es la información que tengo en algunos libros, y lo bastante seguros de los que estaban viendo y estudiando para corregir los errores de los autores antiguos.
      En cuanto al oso, el mundo antiguo pagano no le tuvo la animadversión que le tuvo el cristiano medieval, pero sí que tenía también la idea del parecido con los humanos.

  5. Es como un sueño, imaginar ese proyecto comùn de supervivencia en la E.Media otoñal. Todos hacen su labor, con dedicaciòn. La mujer no está presente; pero participarà de manera decisiva…recogida y a la espera, en su casa. Ella tendrá el cometido de hacer la felicidad de todos los convidados al festín. Entonces…por una parte, la fuerza de la matanza para el hombre y por otra la mujer. .. sabiendo cocinar un rico manjar con el que transmitirá, generosidad, y delicadeza.
    Gracias, una vez más por la belleza de tus comentarios.
    Saludos

    • Gracias Julia, por el comentario.
      Las mujeres, como en el mes de diciembre, están ocultas en la escena pero son fundamentales en ella. En otros ciclos anuales de pintura están, precisamente elaborando los los manjares como describes.

  6. Excelente el post y cuidadisimo el blog.
    Muy interesante la disgresion sobre el papel de los animales domesticos. El cerdo es un caso sorprendente pq se alimenta esencialmente de lo mismo que los humanos, lo que en principio seria una desventaja, a diferencia de los rumiantes que pueden aprovechar la celulosa. Entiendo que los cerdos se criaban en la Edad Media en pequena escala y alimentados de desperdicios domesticos y excedentes puntuales. Nada que ver con las modernas granjas porcinas.
    He leido que la etapa mas dificil para el campesino medieval era la inmediatamente anterior a la cosecha. Junio o Julio. Cuando las reservas del ano anterior estaban casi o totalmente agotadas. Es facil de imaginar la importancia de las celebraciones al acabar la cosecha.
    Un saludo y disculpas por mi teclado sin tildes

    • Disculpado queda el teclado sin tildes y sin eñe 😀
      Hay algunos antropólogos, Marvin Harris el más famoso, que achacan la «impureza» y el ser animal prohibido el cerdo en el judaísmo y en el islam, ambas religiones nacidas en climas secos e incluso desérticos, a esa competencia del cerdo por el mismo tipo de alimentos que los humanos. Un animal competidor por los mismos alimentos que sólo podría ser criado por los ricos, en religiones que se acabaron pretendiendo universales, tuvo que ser prohibido…, pero hay demasiados matices que tener en cuenta, las explicaciones históricas de comportamientos, a menudo incomprensibles nunca son fáciles.
      Los nobles y los monasterios poseían grandes piaras, aunque en absoluto al nivel de las granjas porcinas actuales, con animales en semilibertad alimentados en bosques y dehesas. Esos son los antepasados del cerdo ibérico actual. La gente humilde con suerte, tenía un único cerdo que iba por las calles de la aldea y la ciudad devorando desperdicios y saliendo acompañado por los porquerizos a alimentarse a los bosques comunales. Parte del resultado de la matanza era para el comercio y para pagar tributos señoriales. El mal entendido «derecho de pernada» no era más que la entrega de un jamón…, lo que era mucho para una familia campesina.
      Otra cosa es el asunto del oso, cuya carne es prácticamente incomestible por lo grasienta y su piel no justificaba las batidas terribles de Carlomagno en adelante.

      • Recuerdo la explicación de Marvin Harris en «vacas, cerdos, guerras y brujas», que me parece plausible, aunque difícil de demostrar (claro). Despúes leí otra explicación alternativa (no recuerdo dónde) que me parece más convincente aunque igualmente indemostrable. Según ésta, la razón de la prohibición no estaría en «cerdo» en sí, sino en hacer difícil a los creyente de una religión compartir comida con miembros de otra (las reglas «halal» y «Kosher» irían en la misma dirección). Es sabido que compartir comida es una de las formas básicas de relación en nuestra especie y que si empiezas comartiendo mesa puedes acabar compartiendo más cosas con los «infieles».
        Curiosamente, los chimpancés rara vez comparten alimentos.

        • Las interpretaciones materialistas como la de Marvin Harris y otros investigadores como Jared Diamond , tienen la ventaja precisamente de ser bastante comprobables ya que hay una relación causa-efecto. El problema en Historia es que el efecto puede, y suele, tener más de una causa.

          La otra interpretación, la de compartir con el «infiel», muchas veces el enemigo que nos conquista y o la minoría a la que despreciamos, es una interpretación cultural mucho más compleja. Porque ahí sí que se prolonga la situación durante siglos, en ecosistemas y sociedades distintas. Las religiones, que son quienes imponen esas prohibiciones, no surgen de la nada (ni siquiera las religiones reveladas) A veces, una prohibición resulta completamente absurda, no hay más que mirar la cantidad de animales impuros en el Deuteronomio, no sólo el cerdo ¿qué mal tendrían el marisco o el pobre conejo? pero se ponen para hacer de barrera a otras que son las que verdaderamente interesan.

          No es una mala interpretación que ciertas prohibiciones sean precisamente para diferenciarse de los miembros de otras religiones y que se dé en la situación de compartir comida, que como dices es una de las formas básicas de relación y durante miles de años ha tenido que ver con la ley de la hospitalidad: con quien no he compartido nada no estoy comprometido a nada, así que lo puedo conquistar, hacer esclavo o asesinar si viene el caso.

          Las sociedades chimpancés no son sociedades humanas, muchísimo más complejas, por más que ambos seamos primates antropoides. Ahí entramos en las explicaciones de la sociobiología y esas sí que hacen aguas por todas partes en los estudios históricos, además de ser sumamente peligrosas.

          • Enhorabuena por este hermoso blog; este claro en el bosque cotidiano cura cualquier herida. Sugiero la inclusión de otro museo en la lista de los alemanes: la Lenbachhaus de Múnich. Saludos desde LA VIDA EL UNIVERSO Y TODO LO DEMÁS.

            • Muchas gracias.
              En principio en la barra lateral están los museos que he visitado. Tenía intención este verano pasado, que no pudo ser, de crear una página con los enlaces a los museos, incluyendo ya museos importantes que no he visitado (aunque algunos espero hacerlo pronto) así que incluiré Lenbachhaus de Múnich.
              Vuestro blog lo descubrí hace poco y me parece muy interesante, y si puedo quizá pueda comentar en él, y sobre todo, hacer preguntas. La entrada sobre el color, un tema que me interesa muchísimo, tiene pendiente preguntas que aún no he tenido tiempo de formular.

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